
66 Juventud y Ciencia Solidaria.
al covid-19. Las estrategias utilizadas han sido adop-
tadas con el fin de precautelar la salud de los niños y
adolescentes, así como de los docentes y personal de
apoyo.
Según la Unesco, más de 861,7 millones de niños y
jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener
que hacer frente a la pandemia global que nos ha
sacudido este año. Una de las causas de que en estos
tiempos muchos estudiantes no pueden acceder al sis-
tema de aprendizaje virtual es que no todos tienen
recursos como el Internet, aparatos electrónicos y un
lugar adecuado para el estudio [1].
Es importante tener alternativas tecnológicas que
permitan combatir la situación actual. El ambiente
de educación no es el mismo que en la escuela. En
casa todo es distinto por el simple contexto en el que
estamos: falta la socialización y el conocimiento que
se realiza con el grupo.
En [2] se indica que para muchos estudiantes que
“vienen de familias de bajos ingresos, llevar la escuela
a casa significa enfrentarse a no poder ofrecer comidas
adecuadas y mucho menos la tecnología o conectividad
necesarias para el aprendizaje en línea”. Las consecuen-
cias son graves para algunas familias.
Las escuelas han cerrado y a un buen número de
alumnos se les limitan las oportunidades educativas.
Hay padres de familia que no están capacitados para
enseñar a sus hijos lo que deberían estar aprendiendo
en las instituciones educativas. Algunos de ellos tienen
que ausentarse del trabajo para dedicarse al cuidado
de sus hijos. Otros estudiantes abandonan el sistema
escolar debido a las situaciones desfavorables. Además,
hay que considerar que la soledad y el sufrimiento
del alumno son puntos claves para que los estudiantes
consideren abandonar el sistema escolar [3].
En nuestra opinión, al haber muchos niños y ado-
lescentes que no tienen las posibilidades para acceder a
una educación virtual, se les debería brindar la ayuda
necesaria. La mejor manera de hacerlo es con Internet
e implementos tecnológicos necesarios. También, con
docentes que tengan los conocimientos para impar-
tir una buena educación virtual, que se dispongan y
puedan enseñar en estos momentos. En esta situación
debemos empezar a pensar en nuestro futuro, aunque
no sepamos lo que vaya a pasar.
Sería mejor que las personas que tengan posibili-
dades busquen soluciones para ayudar al mundo en el
que estamos viviendo, un mundo lleno de injusticia.
Una buena opción sería donar a familias con bajos
recursos implementos como cuadernos, computadoras
y materiales para mejorar el acceso a estas nuevas
estrategias y tecnologías que todo el mundo practica
a través del aprendizaje virtual. Debemos pensar y
ayudar con el corazón.
Conclusiones
Hemos llegado a la conclusión de que existe mucha
desigualdad en la sociedad. Se puede apreciar que las
personas de bajos recursos sufren para poder salir ade-
lante mientras que otras personas, con más posibili-
dades, no las aprovechan. Son varios los factores que
influyen en el aprendizaje actual.
Existen soluciones con las que cada persona puede
aportar, por ejemplo: hacer donativos destinados a
los estudiantes cuyas oportunidades de acceder a una
educación de calidad estén limitadas.
Referencias
[1] UNESCO, «Education: From disruption
to recovery,» 2020. [En línea]. Disponible en
https://bit.ly/2P5tfBE.
[2] P. Estrada, «Educación en tiempos de pandemia:
COVID-19 y equidad en el aprendizaje,» 2020. [En
línea]. Disponible en https://bit.ly/3jPKZiz.
[3] A. Mas, «Cómo educar a distancia en tiempos
del coronavirus,» 2020. [En línea]. Disponible en
https://bit.ly/3069Mqu.