
En el camino de la investigación 61
Casos de motivación – Mujeres en la ingeniería
La principal motivación de algunas mujeres es de-
mostrar al resto del mundo que son capaces de lograrlo.
Es común escuchar que cuando cuentan su decisión a
su entorno, salen frases como: «vos que vas a poder
hacer eso», «no sigas esa carrera de hombres», que
antes que desanimarlas sirven como gran motivación
para demostrar que por el hecho de ser mujeres no se
encuentran limitadas a hacer lo que los otros pueden.
Cien años después de que Henry Ford revolucionó
el mundo del automóvil, esta industria sigue siendo
liderada por los hombres. Sin embargo, diez exitosas
mujeres están cambiando los paradigmas y son conoci-
das como las mujeres más poderosas en el mundo de
los vehículos. [4]
Entre ellas tenemos a Julie Ham, la jefa de comuni-
caciones de Toyota Motor en Norteamérica, es respon-
sable de la comercialización y las comunicaciones de las
marcas Toyota, Lexus y Scion. También se ocupa de
todas las relaciones con los inversionistas y de toda la
publicidad corporativa que permite que Toyota (TM)
mantenga el título de ser la mayor automotriz del
mundo. Anteriormente ocupó cargos ejecutivos en GM
y PepsiCo. [5]
Por otro lado, la doctora en Ciencias Químicas,
María Vallet Regi, que anima en un video a las mu-
jeres a no temer ser ingenieras, porque, según explica
la directora de grandes empresas y partners de Mi-
crosoft, Ana Alonso, «te cambia la vida, ya que supone
enfrentarse a retos, a diferentes formas de pensar, a
resolver problemas, a innovar...». [6]
«Si bien la participación de las mujeres en las ca-
rreras de ingeniería ha mejorado, creo que todavía
puede mejorar mucho más y debemos incentivarlo. El
desempeño profesional que demuestran una vez gradu-
adas es muy destacado y el país sigue necesitando cada
vez más ingenieros», dijo Roberto Giordano Lerena,
presidente del CONFEDI, que nuclea los decanos de
Ingeniería de todo el país. [7]
Desmotivación
Para Dajles, la situación de las mujeres en carreras
científicas ha cambiado a lo largo de los años. «Debe-
mos cambiar las ideas preconcebidas de que las mujeres
somos ‘malas’ para la ciencia o la ingeniería. Es muy
importante impulsar la mentoría y programas de acom-
pañamiento, porque las jóvenes, a veces, al verse en
minoría se sienten asustadas y eso les impide desa-
rrollarse al máximo». [8]
Una de las desmotivaciones más grandes es el miedo
a no poder desarrollarse como mujeres. Según la en-
cuesta realizada al alumnado en la Universidad Politéc-
nica de Madrid, el 70 % de mujeres piensan que se
verán afectadas en sus plazas de trabajo en cuestión
de la maternidad. Esto quiere decir que de cada 10
mujeres 7 piensan que el hecho de estudiar una inge-
niería no les va a permitir desarrollarse como madres,
ya que las empresas que en las que se manejan las
ingenierías requieren extensiones de horarios, por una
mayor centralización del trabajo lo que hace pensar
que la maternidad podría ser algo casi imposible. [9]
Se evidencia que los estereotipos que son inculcados
la gran mayoría desde que somos niños tienden a influir
en nuestro futuro. También tienen un papel importante
los ideales que ellas tienen ya que dependerá de cómo
perciben el mundo. Se dice y se cree que las mujeres no
son las más indicadas para poder llegar a tener éxito
en el ámbito tecnológico. No se conoce en plenitud las
razones que provocan estas diferencias entre mujeres y
hombres en cuanto a sus preferencias de estudios/tra-
bajos, aunque sí se sabe que los estereotipos de género
están presentes.
Estereotipos que se originan prácticamente al nacer
y que luego se prolongan en el tiempo. Miremos, por
ejemplo, a qué juegan nuestros hijos: los niños sue-
len montar piezas; las niñas suelen cuidar muñecas.
Estereotipos de trabajo industrial y de trabajo de
cuidados que se reproducen cuando llega la hora de
elegir estudios y de elegir trabajo. [10]
«Aunque hay un cambio que está facilitando la in-
serción de las mujeres de una forma más plena en las
investigaciones, estas siguen siendo lideradas principal-
mente por hombres. Uno esperaría que, al incorporarse
nuevas investigadoras, esta distribución sea más equi-
tativa en algún momento», explicó Ana María Durán
Quesada, investigadora en física atmosférica. [8]
La sociedad sexista asigna diferentes roles a hom-
bres y mujeres. Estas al verse sometidas a los roles
sexuales como el de ser madre o ama de casa no esco-
gen profesiones o trabajos como la ingeniería y esto