
En el camino de la investigación 39
Figura 2. Promedio de hábitos de lectura según edades de los habitantes de Ecuador
Fuente: shorturl.at/dqsOZ
El presente estudio demuestra que, el promedio ge-
neral de Ecuador, tomando como referencia el número
de habitantes que practican lectura, está entre uno de
los más bajos de América Latina y que el promedio de
las personas que llevan un hábito de lectura moderado
en el país está entre el 50 y 40 % es decir, es mucho
menos que la mitad de los ciudadanos. También pode-
mos darnos cuenta de que jóvenes de entre 18 a 24 años
tienen un porcentaje del 30 % que no acostumbran a
leer nunca, de hecho, en las entrevistas realizadas mu-
chos de ellos afirmaban que lo hacían únicamente por
actividades académicas. Esto nos da una clara prueba
que ni siquiera existen porcenta jes relacionados para
niños o adolescentes menores de los 18 años de edad,
lo cual, es una realidad bastante devastadora.
Entonces, ¿qué podemos hacer para incentivar el
amor a los libros y a la lectura?
Creo que las escuelas y colegios no deben ser nece-
sariamente los precursores para que los niños lean, las
escuelas simplemente deben hacer un acompañamiento
mediante la constancia, ya que el hábito de la lectura
debe ser impartida desde el hogar. Los primeros pre-
cursores, quienes tienen la obligación, la oportunidad
de crear y desarrollar niños lectores, siempre serán
los padres, si ellos tomaran un poco de su tiempo, y
mediante un libro contar historias desde una temprana
edad en los pequeños, haría una gran diferencia, así
como grandes cambios; no solo p orque se convierte
en una experiencia compartida, sino también porque
fortalece vínculos emocionales. No es para nada impor-
tante el tiempo que los padres dediquen a la lectura,
sino que, es importante la calidad con la que lo hagan
y el bonito momento que comparten juntos.
Por otro lado, existen otras formas de incentivar
el cambio es necesario olvidar ciertos argumentos del
pasado, es decir, como cuando nuestros abuelos o per-
sonas mayores nos aconsejan leer obras o clásicos lite-
rarios para comenzar con el hábito de la lectura, los
cuales han dejado a ciertas personas con la intención
de no volver a leer jamás. Es necesario recalcar que las
obras clásicas han marcado grandes logros y cambios
en la historia de la literatura como también para la
sociedad, y de hecho no podemos descartar que exis-
tan personas a las cuales les encanten los clásicos de
siempre, sin embargo, somos conscientes de que nos
encontramos en una sociedad moderna. Para que los
jóvenes y niños empiecen a leer, sería necesario crear
obras, cuentos, poemas y distintos recursos con lo que
ellos quieren escuchar, que sean más creativos, más
imaginativos y acoplados a sus variadas edades.
La lectura es fundamental para el desarrollo de los
niños y debe ser fomentada desde que son bebés. Al
inicio, serán los padres o nosotros quienes nos encargue-
mos de leerles. Sin embargo, cuando pase el tiempo y
hayan aprendido a hacerlo por sí solos, debemos ser un
medio de ayuda para que puedan descubrir el mágico
mundo de los libros y sus aventuras, poniendo a su
disposición títulos adaptados a su edad y conforme
van creciendo brindarles más y más historias.
La siguiente tabla es simplemente un ejemplo de
obras e ilustraciones literarias modernas. De las cuales,
yo he tenido la oportunidad de leer algunas de ellas
y posteriormente se han convertido en una parte im-
portante de mi infancia, contienen grandes e increíbles
enseñanzas y las mismas están clasificadas de acuerdo
a sus edades: