
58 Juventud y Ciencia Solidaria.
Explicación del tema
Alguna vez has escuchado frases como: «Ella debe es-
tar en casa con sus hijos» o quizá, «¡Ten cuidado!, él
lleva tatuajes, de seguro es ladrón» o la más común
de todas: «Los hombres no deben llorar». Estas ideas
irracionales y conservadoras son conocidas como es-
tereotipos, que a lo largo del tiempo han servido de
base en el desarrollo de la sociedad. Dichos postulados
generan desaprobación de ciertas cualidades al punto
de vista de las personas, llegando a influir incluso en
la formación de la personalidad y la forma de actuar
de las mismas. Los estereotipos son la principal causa
de los siguientes casos: discriminación, desigualdad,
bullying y preferencias [1].
«Nadie nace con ellos, todos son 100 % aprendidos,
pero una vez incorporados a la idea que tenemos del
mundo, resultan particularmente difíciles de erradicar»
[2]. Los estereotipos hacen referencia a la imagen de
perfección en la que cree el ser humano, guiando su
pensamiento y opiniones para encontrar «aceptación»
ante la sociedad. Estos, la mayor parte del tiempo,
no tienen un propósito positivo, llegando a afectar y
transformar la vida de las personas. «Una persona que
quiera encajar en un grupo social determinado, va a
hacer lo necesario por lograrlo, aunque, en algunos
casos, tenga que modificar su forma de ser, comprar y
usar lo que está de moda, lo común» [3].
Se conoce que los estereotipos se han transmitido
a través de la historia por medio de las diversas gene-
raciones, y que se refuerzan o propagan a través de
varios contextos; uno de estos es en el núcleo familiar,
en virtud de que este es el principal soporte para la
construcción de la identidad de los individuos; por lo
cual las ideas que se toquen dentro del mismo serán
de gran impacto en el desarrollo de una persona. Así
también, los medios de comunicación y la publicidad
cumplen un papel muy importante en la transmisión
de los mismos; puesto que, tienden buscar y mostrar
la perfección humana, llegando a usar estándares ele-
vados e irrealistas que generan en la sociedad el deseo
de lograr alcanzarlos sin importar las consecuencias;
situación que es complicada teniendo en cuenta que se
trata de ideas quiméricas [4].
Sobre la base de lo expuesto anteriormente, se de-
muestra que los estereotipos figuran dentro de la co-
munidad y en todo momento; por esta razón, se clasi-
fican en varios tipos, entre los cuales se distinguen:
los estereotipos de género, que evalúan y se valen de
las diferencias existentes en hombres y mujeres para
generar ventajas o desventajas entre los mismos; de
belleza, que se encargan de cuestionar y escoger entre
lo estético y antiestético; culturales, que no respetan
las diferencias de las personas ni su identidad; juve-
niles, que nacen de la observación e intuición, y que
son influenciados por diferentes medios (en su mayoría
tecnológicos); políticos, sexuales, físicos, entre otros
[1].
La mayor parte de los estereotipos nacen de la ig-
norancia y se mantienen debido a la mente cerrada
de las personas. El estereotipo más marcado en la
sociedad es el de género; puesto que, este se ha ido
construyendo desde tiempos memorables como conse-
cuencia del juego de roles que se les otorgaban tanto
a hombres como a mujeres, el cual regía en su forma
de comportarse y mostrarse ante la sociedad. Este se
originó a causa de las diferencias físicas que presenta
cada género, y por la sobrevaloración a la masculini-
dad; lo cual generó un papel sumiso y sensible a la
mujer. Esto se hace evidente en las creencias de que
«el hombre es más fuerte», o «que la mujer se dedica
únicamente al cuidado de los hijos» [5]; y genera conse-
cuencias como el difícil acceso de la mujer a un puesto
de trabajo o el acceder a un trabajo no remunerado
[6].
Cada uno de los estereotipos genera consecuencias
que afectan a las oportunidades de participación social
y salud mental de las personas, estas pueden ser de
menor o mayor gravedad.
Por ejemplo, para los casos culturales, la discrimi-
nación es la principal razón por la que evitan demostrar
la verdadera identidad a la que pertenecen; de igual
manera, en el contexto juvenil y estudiantil, los indi-
viduos sufren de bullying al querer ser diferentes a los
demás o simplemente no pertenecer a sus estándares
particulares.
También, en el caso de la apariencia física, las
personas sufren de rechazo y comentarios ofensivos
en contra de las cualidades de su cuerpo, motivando
a la baja autoestima, el aparecimiento de trastornos
alimenticios y mentales, y en su defecto el suicidio.