REVISTA
JUVENTUD Y CIENCIA SOLIDARIA:
En el camino de la investigación
Estereotipos sociales: la imperfección
nos hace únicos
Keisy Valentina Merchán Rojas, Kiara Nohely Peralta Morocho
Mi nombre es Keisy Valentina Merchán
Rojas. Nací el 24 de marzo, en Cuenca,
Ecuador. Estudio en los Sagrados Corazones
y mis actividades favoritas son leer, escribir,
conocer datos nuevos, además de cocinar.
Realizó deporte y actividades recreativas.
Mi nombre es Kiara Nohely Peral-
ta Morocho. Nací el 23 de diciembre de
2005. Actualmente, tengo 16 años y vivo en
Azogues, Ecuador. Estudio en los Sagrados
Corazones y me gusta leer, dibujar, escribir,
realizar videos y aprender sobre la sociedad.
Resumen
Este artículo tiene como objetivo exponer como los es-
tereotipos han influenciado y se han desarrollado en la
sociedad. Asimismo, dar a conocer que los estereotipos
son ideas que todos conocemos y hemos escuchado du-
rante el desarrollo de nuestra vida, las cuales implican
un canon de perfección o preferencia hacia ciertos ras-
gos de las personas. Estos generan como consecuencia
que la aceptación social de los individuos tenga que
estar basada en la opinión irracional de los demás. Se
produce de esta forma malestar e inseguridad, ya que,
se ven obligados a comportarse como lo dicta la so-
ciedad para ser aceptados y no juzgados por la misma.
Estos se clasifican según el contexto que afectan, y se
transmiten con ayuda de diferentes recursos: como la
publicidad, los medios de comunicación, la tecnología,
la familia, etc. Los estereotipos son postulados com-
plejos que se encuentran plenamente arraigados en la
mente de cada sujeto; sin embargo, pueden ser reem-
plazados y para ello es necesario de un trabajo grupal
y de una mente que acepte nuevas opiniones.
Palabras clave: estereotipos, perfección, creencias,
identidad, sociedad
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58 Juventud y Ciencia Solidaria.
Explicación del tema
Alguna vez has escuchado frases como: «Ella debe es-
tar en casa con sus hijos» o quizá, «¡Ten cuidado!, él
lleva tatuajes, de seguro es ladrón» o la más común
de todas: «Los hombres no deben llorar». Estas ideas
irracionales y conservadoras son conocidas como es-
tereotipos, que a lo largo del tiempo han servido de
base en el desarrollo de la sociedad. Dichos postulados
generan desaprobación de ciertas cualidades al punto
de vista de las personas, llegando a influir incluso en
la formación de la personalidad y la forma de actuar
de las mismas. Los estereotipos son la principal causa
de los siguientes casos: discriminación, desigualdad,
bullying y preferencias [1].
«Nadie nace con ellos, todos son 100 % aprendidos,
pero una vez incorporados a la idea que tenemos del
mundo, resultan particularmente difíciles de erradicar»
[2]. Los estereotipos hacen referencia a la imagen de
perfección en la que cree el ser humano, guiando su
pensamiento y opiniones para encontrar «aceptación»
ante la sociedad. Estos, la mayor parte del tiempo,
no tienen un propósito positivo, llegando a afectar y
transformar la vida de las personas. «Una persona que
quiera encajar en un grupo social determinado, va a
hacer lo necesario por lograrlo, aunque, en algunos
casos, tenga que modificar su forma de ser, comprar y
usar lo que está de moda, lo común» [3].
Se conoce que los estereotipos se han transmitido
a través de la historia por medio de las diversas gene-
raciones, y que se refuerzan o propagan a través de
varios contextos; uno de estos es en el núcleo familiar,
en virtud de que este es el principal soporte para la
construcción de la identidad de los individuos; por lo
cual las ideas que se toquen dentro del mismo serán
de gran impacto en el desarrollo de una persona. Así
también, los medios de comunicación y la publicidad
cumplen un papel muy importante en la transmisión
de los mismos; puesto que, tienden buscar y mostrar
la perfección humana, llegando a usar estándares ele-
vados e irrealistas que generan en la sociedad el deseo
de lograr alcanzarlos sin importar las consecuencias;
situación que es complicada teniendo en cuenta que se
trata de ideas quiméricas [4].
Sobre la base de lo expuesto anteriormente, se de-
muestra que los estereotipos figuran dentro de la co-
munidad y en todo momento; por esta razón, se clasi-
fican en varios tipos, entre los cuales se distinguen:
los estereotipos de género, que evalúan y se valen de
las diferencias existentes en hombres y mujeres para
generar ventajas o desventajas entre los mismos; de
belleza, que se encargan de cuestionar y escoger entre
lo estético y antiestético; culturales, que no respetan
las diferencias de las personas ni su identidad; juve-
niles, que nacen de la observación e intuición, y que
son influenciados por diferentes medios (en su mayoría
tecnológicos); políticos, sexuales, físicos, entre otros
[1].
La mayor parte de los estereotipos nacen de la ig-
norancia y se mantienen debido a la mente cerrada
de las personas. El estereotipo más marcado en la
sociedad es el de género; puesto que, este se ha ido
construyendo desde tiempos memorables como conse-
cuencia del juego de roles que se les otorgaban tanto
a hombres como a mujeres, el cual regía en su forma
de comportarse y mostrarse ante la sociedad. Este se
originó a causa de las diferencias físicas que presenta
cada género, y por la sobrevaloración a la masculini-
dad; lo cual generó un papel sumiso y sensible a la
mujer. Esto se hace evidente en las creencias de que
«el hombre es más fuerte», o «que la mujer se dedica
únicamente al cuidado de los hijos» [5]; y genera conse-
cuencias como el difícil acceso de la mujer a un puesto
de trabajo o el acceder a un trabajo no remunerado
[6].
Cada uno de los estereotipos genera consecuencias
que afectan a las oportunidades de participación social
y salud mental de las personas, estas pueden ser de
menor o mayor gravedad.
Por ejemplo, para los casos culturales, la discrimi-
nación es la principal razón por la que evitan demostrar
la verdadera identidad a la que pertenecen; de igual
manera, en el contexto juvenil y estudiantil, los indi-
viduos sufren de bullying al querer ser diferentes a los
demás o simplemente no pertenecer a sus estándares
particulares.
También, en el caso de la apariencia física, las
personas sufren de rechazo y comentarios ofensivos
en contra de las cualidades de su cuerpo, motivando
a la baja autoestima, el aparecimiento de trastornos
alimenticios y mentales, y en su defecto el suicidio.
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Frenar los estereotipos sociales no es la tarea de una
persona; por el contrario, es un trabajo colectivo que
se puede realizar de diferentes formas. Por ejemplo, de-
sarrollar una opinión basada en la propia experiencia,
más no en la influencia de las demás personas; aceptar
que las diferencias nos hacen únicos y contribuyen a
la innovación; no definir los roles basándose en las
características de los sujetos, ya que estos impiden
la participación y la forma de vivir libremente de los
mismos. Asimismo, no exagerar en las expectativas y
conceptos que se demuestran en los diferentes medios.
No olvidar que la perfección es algo subjetivo y que
ser imperfectos abre la puerta a varias oportunidades;
y, por último, abrir la mente y darle paso a las nuevas
ideas y opiniones, incluso a los sentimientos.
Conclusiones
«Las expectativas rígidas llevan a una traducción social
concreta, que no es otra que la discriminación de uno de
los grupos» [7]. Los estereotipos nacen de pensamien-
tos de antaño que fueron influenciando a la sociedad,
trayendo consigo discriminación y rechazo por diferen-
cias de características presentes en cada ser humano,
creando barreras sociales que impiden la relación de
los individuos y la manera de expresarse. Por otro
lado, para poder frenarlos es importante generar una
conciencia humana que sea capaz de aceptar que to-
dos somos diferentes, que la perfección no es más que
ideas irracionales y que lo que importan son nuestras
capacidades, mas no nuestras cualidades.
Referencias
[1] Monge, J. L. G., y Azpilicueta Olagüe, M. J. (2016).
Conocemos los estereotipos y los prejuicios para evi-
tar la discriminación [En línea]. Disponible en
shorturl.at/bqsuE
[2] Ministerio del Trabajo y Prevención Social [IPS].
(2020). Comunica libre de estereotipos. [En línea].
Disponible en shorturl.at/gmtCH
[3] Arrieta, C. (2017). Estereotipos en la adoles-
cencia. El Milenio. [En línea]. Disponible en short-
url.at/tvMUW
[4] Zacatecas. (2018). ¿Qué son los estereotipos? Su
origen y ejemplos. Gob.mx [En línea]. Disponible
en shorturl.at/qxNOU
[5] Jiménez, G. (2018). Las mujeres de Ecuador tra-
bajan más horas y ganan menos que los hombres.
El Universo. [En línea]. Disponible en short-
url.at/ovDG5
[6] Gonzáles Gavaldón, B. (1999). Los estereotipos
como factor de socialización en el género. Co-
municar, 12, 79-88. [En línea]. Disponible en short-
url.at/owNR8