REVISTA
JUVENTUD Y CIENCIA SOLIDARIA:
En el camino de la investigación
Explotación infantil en Bangladés: La
clave al éxito de grandes industrias
textiles
Nayeli Belén Escobar Loja
Mi nombre es Nayeli Belén Esco-
bar Loja. Nací el 24 de agosto de 2005;
toda mi vida he estudiado en la Unidad
Educativa Particular Sagrados Corazones.
Tengo diversos gustos y una pasión por
la música, así también por el gimnasio e
informarme sobre las duras realidades que
se viven día a día en el mundo.
Resumen
El siguiente artículo tiene como objetivo mostrar la
situación en Bangladés, la mano de obra barata que
existe y por ello, grandes marcas textiles van a pro-
ducir allá, se podrá conocer la enorme falta de apoyo
del Gobierno, testimonios de niños obreros y cómo esto
afecta a su salud. Se evidenciará la censura que tienen
los habitantes, la gran pobreza y falta de educación,
muchos niños no tienen más opción que dejar sus estu-
dios y ayudar en casa. Allá los derechos infantiles no
son respetados, son violados, la mayoría de pequeños y
adolescentes lo tienen tan normalizado que no pueden
quejarse. Con todo esto se quiere generar una conscien-
cia en la sociedad, que conozcan de dónde proviene
lo que visten y que, probablemente, muchas de sus
prendas han pasado por algún tipo de explotación; no-
taremos el porqué de cambiar nuestras actitudes con
respecto al consumismo en cuanto a lo textil y de qué
manera se puede ayudar a disminuir esta explotación
hacia los más vulnerables.
Palabras clave: niñez, violación, educación, salud,
explotación
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Explicación del tema
Es un hecho que más de una vez hemos escuchado
o visto niños y adolescentes en las calles trabajando,
muchos ven y pocos hacen algo para mejorar. Debemos
tener en cuenta que el principal origen del trabajo in-
fantil es la falta de recursos económicos en las familias.
No obstante, esto no es algo reciente, se viene dando
desde la Revolución industrial, son siglos en donde no
hay un cambio como tal, millones de niños trabajan
diariamente. Pero hay que hablar específicamente de
Bangladés, uno de los países más poblados del mundo,
60 millones son niños, y se estima que casi el 15 % de
ellos, hace algún tipo de trabajo, lo cual es ilegal. El 80
% de la población viven con menos de 2 dólares diarios.
Por esta pobreza, muchos niños y adolescentes deben
trabajar desde temprana edad y no pueden seguir con
sus estudios. Todo esto pone en riesgo para su salud,
tanto mental como física, no pueden quejarse por lo
normalizado que lo tienen, contratan a los más vulnera-
bles, niños, para realizar trabajos inhumanos, a pesar
de las largas horas que tienen que laborar, les pagan
un salario pírrico [1].
Figura 1. Niños haciendo cuero
Fuente: [2]
Hay varios testimonios de niños menores de 12 años,
que dicen tener miedo diariamente, debido a que no
hay seguridad en sus labores, han visto cosas muy
traumáticas a una corta edad. No es justo que un ser
que no pueda defenderse ni mantenerse por su cuenta,
no pueda disfrutar su niñez y que solo se le permita
tener un día libre y sin preocupaciones, una vez a
la semana. Sabemos que los derechos infantiles son
fundamentales, en Bangladés a pesar de las promesas
que se han hecho de respetar, promover y defender
los derechos de los niños, esto no se cumple; el país
tiene graves problemas que afectan directa e indirecta-
mente a niños y adolescentes. Los niños trabajadores
de Bangladés trabajan más de 64 horas a la semana y
la mayoría en talleres textiles [1].
Los niños menores de 14 años no pueden trabajar y
los de 15 a 17, pueden hacerlo, pero sin correr ningún
tipo de riesgo en su puesto, esto lo dice Shahid Mah-
mood en la ley de trabajo de Bangladés de 2006 y en
la eliminación de labor infantil, la cual fue aprobada
en 2010. Obviamente, esto no se cumple por la cor-
rupción masiva en el Gobierno, mientras ellos siguen
aumentando su riqueza, el resto de la población sufre
las consecuencias. Hay que tener en cuenta que la
economía del país se basa en la producción textil; el
85 % de sus exportaciones provienen de ese sector, es
el segundo más grande exportador después de China.
Las condiciones en que se labora son pésimas, hay un
miedo constante de que alguna tragedia suceda mien-
tras laboran en sus puestos de trabajo. Las fábricas
tienen pésimas medidas de seguridad y eso se pudo
evidenciar en el incidente del 2013, cuando una de las
fábricas se derrumbó, dejando más de mil muertos,
a pesar de las advertencias de las grietas por parte
de los empleados, no les hicieron caso y continuaron
trabajando.
Cabe recalcar, que este no es el primer ni último
incidente, continuamente se ven incendios y derrumbes,
ya sea por la falta de mantenimiento, seguridad o por
los constantes desastres naturales que afronta el país.
Muchos de los afectados son los pequeños, puede que al-
gunos no reciban heridas graves, pero no se les borrará
de la mente el terrible infierno que pasaron en algún
tipo de incidente mientras laboraban. Sin mencionar
las humillaciones y maltratos que se da en sus trabajos,
no solo trabajan horas por un sueldo insuficiente e in-
justo, sino que también su autoestima es afectada, no
hay respeto para ellos y sus jefes los maltratan tanto
física como emocionalmente [3].
Es una pena el que no puedan tener un criterio
o formación propia, siendo tan pequeños el Gobierno
les enseña lo que deben decir en caso de que algún
extranjero u otra autoridad venga, qué no decir en
cámara y los amenazan con despedirlos. Rubén Diez,
con su visita al país en 2020, lo pudo comprobar y
realizó un video de ello. Deben decir que ganan un
sueldo básico, porque si se quejan, los mandarán de
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su empleo, así como muchas veces ya lo han hecho,
despedir a miles de trabajadores niños, adolescentes y
adultos por algún tipo de manifestación o queja. Un
sueldo básico debe ser de 8000 takas, lo que en dólares
serían más o menos 90. Sin embargo, no se les paga
ni la cuarta parte de ello, por esta razón la pobreza
sigue aumentando y la calidad de vida bajando. Es
muy complicado acceder a algún tipo de formación
o educación correcta, puesto que muchos de los que
enseñan, ni siquiera tienen un título como tal, pero al
menos un porcentaje de la población puede prepararse
un poco más para el futuro.
Figura 2. Trabajador menor de edad amenazado por su
jefe
Fuente: [2]
Muchas marcas y grandes empresas invierten aquí
por esa mano de obra muy barata, de ello se hacen
ricos, de una semiesclavitud, de lágrimas y heridas de
niños pequeños, del dolor ajeno, no les importa ni a
ellos, ni al Gobierno lo que pueda pasar con la gente.
Tristemente es obvio que la explotación no se puede
parar, muchos de los que contratan dicen que no les
importa si son niños o adultos. Solo les importa la
habilidad, dicen que no se les obliga, que vienen solos
y no son maltratados, pero cuando se les pregunta di-
rectamente a niños, argumentan cosas muy diferentes.
Este país está hundido en la pobreza, contaminación
y corrupción. No es posible eliminar el trabajo infan-
til, pero lo que se puede hacer es darles una mejor
calidad de vida, con días de descanso, menos horas
de trabajo, mejor salario. Es decir, simplemente que
puedan vivir su niñez, así también que puedan seguir
con sus estudios en algo técnico, para que en un fu-
turo puedan encontrar un trabajo en donde no sean
humillados y explotados [4].
En 2013, según las estadísticas de trabajo infantil
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
había una reducción de esto y la jefa de oficinas de
Unicef, la española Sara Bordas, dijo que había que
felicitar al Gobierno de Bangladés por ello. Pero cómo
es posible felicitar a un aparato estatal tan corrupto,
el cual se debería preocupar por el bienestar y dere-
chos de los niños. En su lugar, llenan sus bolsillos y se
olvidan de las responsabilidades que tienen todos los
días. Cómo se puede felicitar a un Gobierno que no
tiene como prioridad el bienestar de los más pequeños.
Al contrario, son los que peor trato y vida tienen, esto
en un futuro traerá más consecuencias y si no se hace
algo pronto, el futuro de este país está decayendo cada
vez más. No solo las autoridades deben aprender, sino
también los padres, enseñar valores desde pequeños y
no obligar ni decidir el futuro de su hijo [5].
Figura 3. Niño de 9 años trabajando en una fábrica
Fuente: [2]
Conclusiones
Uno de los lugares más censurados del planeta, se ha
convertido en un país en donde las oportunidades y
nivel de vida es sumamente bajo, todo eso ha llevado
a que niños y adolescentes, menores de 17 años, sean
maltratados, explotados, humillados, sin mencionar
los problemas físicos y emocionales que tendrán en un
futuro. El Gobierno hace promesas de un cambio; sin
embargo, no se ve reflejado; pero también es culpa del
consumismo de la gente.
Muchas veces no tenemos consciencia del estado
de la sociedad y compramos cosas sin pensar o in-
necesarias, solo para que esta sociedad esté a gusto
con lo que hacemos. No obstante, podemos iniciar un
cambio, dejemos atrás nuestro consumismo masivo y
pongámonos a reflexionar un poco sobre la realidad
del antes de una prenda de vestir.
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Referencias
[1] Agudo, A. (05 de agosto de 2015). Niños obreros:
ilegal, pero barato. EL PAÍS. [En línea]. Disponible
en shorturl.at/mHU24
[2] Crysis, L. (05 de abril de 2020). La dura INDUS-
TRIA TEXTIL en Bangladés. YouTube. [En línea].
Disponible en shorturl.at/em149
[3] Point, L. (2016). Bangladés: des ateliers textiles
toujours dangereux. Le point international. [En
línea]. Disponible en shorturl.at/cyCPQ
[4] Público. (12 de septiembre de 2016). La industria
textil se sirve de la semiesclavitud para hacer
negocio. Público. [En línea]. Disponible en short-
url.at/dlxFK
[5] Organización Internacional del Trabajo. (29 de
abril de 2013). Informe mundial sobre el trabajo
infantil: Vulnerabilidad económica, protección so-
cial y lucha contra el trabajo infantil. [En línea].
Disponible en shorturl.at/acovK