
En el camino de la investigación 25
nuestros hogares, su uso es diario; es por esta razón
que es necesario conocerla, saber de su descubrimiento,
de dónde viene, cómo ha cambiado su empleo y cómo
funciona.
Historia
Es importante recalcar que la electricidad no es un
invento, es una energía presente en todo lo que nos
rodea. En el año 2750 a. C., en Egipto, sus habitantes
quedaron impresionados por una especie de pez eléc-
trico que protegía a otros con su descarga, esta es una
de las primeras formas de bioelectricidad de las que se
tiene evidencia. Posteriormente, en Grecia, Tales de
Mileto se dio cuenta de que al frotar diversas super-
ficies con ámbar se producía una atracción, esta, por
error, fue clasificada como un efecto magnético, sin
saber que se trataba de electricidad estática. [1]
Años después, el científico británico William
Gilbert investigó el funcionamiento de la brújula, lle-
gando a ver lo mismo que Tales de Mileto con el ámbar
para darle el nombre de «electricidad» a este fenómeno.
Tras los estudios de Gilbert, otros hombres de ciencia
decidieron buscar más sobre esta energía. Fue entonces
que Benjamín Franklin realizó su conocido experimento
con una cometa demostrando que la electricidad tam-
bién está presente en la naturaleza, instaurando así la
ciencia de la electricidad.
De esta manera, poco a poco, se profundizó sobre
su presencia. Luigi y Lucia Galvani sentaron las bases
para el conocimiento de la electricidad en el sistema
nervioso. Volta inventó la primera batería utilizando un
cartón empapado de solución salina. André-Marie Am-
père permitió el entendimiento del electromagnetismo
y, finalmente, James Clerk recopiló todos los descubrim-
ientos anteriores en cuatro ecuaciones que resumían
el trabajo de sus predecesores. Pero no fue hasta 1800
cuando inició una pelea sin igual entre dos de los más
grandes científicos relacionados con la electricidad, esta
fue denominada la guerra de las corrientes. [2]
La guerra de las corrientes
En 1879, Thomas Edison presentó el mejoramiento
de un invento revolucionario, la bombilla incandes-
cente, una fuente de luz que podía estar en la casa de
cualquier persona, una invención práctica y duradera
a base de corriente continua.
Lo malo es que esta bombilla necesitaba de cables
para funcionar, situación que causó varios accidentes
con su uso [3].
Por otro lado, en 1892 se hizo uno de los mayores
avances con la electricidad, pues Nikola Tesla patentó
un invento que permitía la transmisión eléctrica sin
el uso de cables, además que era más barato que la
bombilla de Edison y más eficiente al suministrar elect-
ricidad a largas distancias, utilizando corriente alterna.
La principal diferencia entre las dos invenciones
radica en que la corriente continua permitía el flujo de
electrones en un solo sentido, teniendo un cierto nivel
de voltaje y una distancia predeterminada con el ca-
bleado, mientras que la corriente alterna permitía que
el paso de electrones sea en dos sentidos, alternando
uno y otro, con esto se puede transportar más energía
eléctrica y a mayor distancia [4].
Tras años de esta lucha por probar qué corriente
era la más eficiente, se encontró un uso para ambas,
como se aprecia en la Tabla 1 y en la Figura 1. La
corriente alterna es utilizada en nuestros hogares hoy
en día, alimenta las grandes ciudades y es más segura
a diferencia de la propuesta por Edison. La corriente
continua es utilizada en baterías y aún es útil para
diversas tareas.
Así que podemos decir que Tesla ganó en esta
guerra, hoy en día es su descubrimiento de la corriente
alterna lo que nos permite emplear la electricidad como
lo hacemos y utilizarla a diario en nuestra vida.