Técnica del alumno ayudante

Consiste en asignar a un estudiante la función de ayudante del que presenta TDAH. Se lo proponga a un chico que pueda cumplir su función y que tanto el cómo su familia, estén conformes en llevar a cabo en manera temporal.

De la misma forma, al niño que presenta TDAH y a su familia, les propondrás la idea, como una ayuda temporal.

El estudiante ayudante se suele sentar en el aula junto a él. Su misión consiste básicamente en lo siguiente:

• No distraerle.
• Utilizar la señal de tocarle en el hombro cuando se ha distraído de su tarea o de una explicación.
• Brindarle explicaciones en algunas consignas en las que se dan en el aula.
• Anima al alumno y le ayuda en la tarea concreta que no sepa resolver.
• Sobre todo, le recuerda las instrucciones de algunas tareas, anotar los deberes o preparar lo necesario para las actividades.

Debe ser temporal, para que el niño no se sienta sobrecargado, por ejemplo: durante el primer trimestre como máximo.

Actividades sin lápiz ni papel

Pueden ser aquellas en las que se pide mirar, hablar determinada cuestión con alguien, escuchar, preguntar, buscar, etc.

Se presentará varios ejemplos:

• Visita el supermercado e identifica los tipos de frutas y verduras que hay.
• Visita el supermercado y observa como han organizado los productos.
• Observa el ticket del supermercado y mira que información es la que aparece, además del precio final.
• Busca información sobre el nombre de tu calle.
• Escucha en parte de noticias de radio y coméntalas con tus padres.
• Observa un periódico y lee alguna noticia que te llame la atención.

Resaltar palabras claves

Finalmente otra medida que se pueda realizar, consiste en enseñarle a resaltar en los enunciados de los ejercicios o en las preguntas de los exámenes, las palabras cables que señalan lo que hay que hacer.

Palabras claves como: define, enumera, subraya, une, etc.

Pero progresivamente debe acostumbrar al estudiante con TDAH, a que se habitué a hacerlo el solo, antes de abordar una pregunta o un ejercicio.

El paso legal

La técnica del paso legal, es decir, que le facilites la posibilidad de moverse, pero sin incumplir las normas.

Por ejemplo, que te enseñe los ejercicios de dos en dos, como ya hemos indicado; llámalo a su mesa de vez en cuando, que lleve algo a un lugar de la clase, que borre la pizarra, algunos profesores sitúan la mochila del niño en el fondo de la clase de manera que se tiene que levantar hasta allí, para guardar los libros o cuadernos en cada cambio de asignatura.

Las tres fichas 

Algunos niños con hiperactividad solicitan constantemente ir al baño. El problema es que muchos quieren ir con demasiada frecuencia.

Te proponemos que le limites el número de veces que puede hacerlo, por ejemplo, puede ir tres veces desde la llegada hasta el recreo y otras tres, desde el recreo hasta la salida.

Para esto, los profesores entregan tres fichas al niño y cada vez que va al baño, introduce una de ellas en un bote o caja preparado para esto. Es una forma de ayudarle a autorregular su conducta.

Ejercicios de relajación

Es recomendable que realices alguna actividad de relajación sencilla con todos los alumnos, antes de comenzar una sesión de clase o después de momentos de mucha excitación, como suele ocurrir a la vuelta del recreo o de la clase de Educación Física.

Apagar la luz de la clase, utilizar una música de relajación y ensenarles a respirar profunda y pausadamente, puede ser una buena opción.

Tutorías individualizadas

Tutorías individualizadas de unos 10 minutos.

Estas tutorías sirven para indicar al niño qué se espera de él, qué señales o consignas se pueden pactar para mejorar su comportamiento y rendimiento, y para marcar los límites o normas básicas de comportamiento dentro del aula (obje­tivos concretos que pensamos que el niño/adolescente po­drá conseguir). Se ha de convertir en un espacio de comu­nicación positiva con el alumno. Para los chicos mayores son útiles los contratos.

Juego de Roles

Se trata de que cada niño o niña desempeñe un rol jugando, para poder practicar la conducta deseada. 
Ejemplo: un niño o niña actúa con el rol de sujeto «dominante» que quiere imponer su juego, y otro niño o niña actúa con el rol de sujeto «asertivo» que se mantiene firme intentando conciliar y llegar a un acuerdo para que puedan jugar los dos.

Entrenamiento en auto-instrucciones y resolución de problemas

*Es recomendable permitir al alumno el acceso a las instrucciones de “cómo se hace”, ya sea una tarea, una evaluación o bien simples cuestiones de organización.

*De nuestra forma de actuar aprenderán mucho. Nuestro modelo puede permitir al alumno aprender “cómo se hace”, es decir, estrategias de afrontamiento y resolución de problemas. Una forma de hacerlo es enseñando el uso de las auto-instrucciones. 

El entrenamiento en auto-instrucciones consiste en modificar las verbalizaciones internas (que los niños con TDAH no las generan o las generan mal) por otras que son apropiadas y/o necesarias para lograr el éxito de una tarea. El objetivo es enseñar el lenguaje como auto-guía para la resolución de problemas.

No enseñan al alumno qué tiene que pensar, sino cómo ha de hacerlo. El niño debe aprender a hacerse las siguientes preguntas porque no las genera espontáneamente y utilizarlas en el momento preciso y de forma adecuada:

1. ¿Cuál es mi problema/tarea? ¿Qué es lo que tengo que hacer?

2. ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cuál es mi plan? Esta es la pregunta más importante y difícil ya que implica generar alternativas distintas y seleccionar las más eficaces.

3. ¿Estoy siguiendo mi plan? Proceso de auto-observación y rectificación en el caso de errores.

4. ¿Cómo lo he hecho? Proceso de auto-evaluación y auto-reforzamiento.

Esta técnica puede trabajarse en el aula o individualmente. Para conseguir que generen el lenguaje interno antes se deberá trabajar las verbalizaciones de manera oral.

EJEMPLO:

Tarea por cumplir

Responder las siguientes preguntas: 

¿Sabe su estudiante qué tipo de comportamiento esperas de él?

¿Ha elogiado suficientemente el buen comportamiento?

¿Este elogio ha sido concreto, evitando ambigüedades como pueden ser «portarse bien, ser ordenado.?

¿Es persistente en la aplicación de estrategias para la mejora de su conducta?

¿Es paciente a la hora de esperar cambios en su conducta o esperas que ésta se dé de forma repentina?

¿Refuerza los intentos que pueda hacer el niño para así aproximarse a la conducta que esperas de él?

¿Supervisa a menudo que no pasen desapercibidos los pequeños avances?

¿Cree en él y en la posibilidad de que mejore su conducta?

¿Es respetuoso, sensible, atento a sus dificultades (identificando eso que realmente le cuesta)?

¿Le dedica suficiente tiempo, hablas con él, le escuchas?